Una dramaturgia sin grandes aspiraciones y, sin embargo, con un planteamiento que invita a la reflexión sobre temas que en la actualidad están en tendencia y no precisamente en forma agradable: la salud mental, la depresión, la soledad, los complejos. Y junto a estos, también convergen, en el mismo escenario, sus grandes contrapartes: la resiliencia, la aceptación y la sororidad.
“Laberinto de hermanas” es un drama teatral que va más allá de una puesta en escena sencilla, pero contundente.
Incluye el musical como elemento adicional, con temas inéditos y versionados en sorprendentes interpretaciones, que enriquecen esta producción independiente y amateur.
El Teatro Las Máscaras, de la Zona Colonial, ha visto nacer, crecer y madurar este montaje durante todo el mes de julio, para hacer una primera pausa luego de la función de este domingo 3 de agosto.
Tres actrices: Paola Rossi, Idel Montás y Katiuska Estévez; un director-productor, Daniel Sosa y un dramaturgo, Ohani Poueriet Lugo están involucrados en este proyecto. Aquí se contempla una intención, un propósito y un trabajo comprometido con la aprobación de una audiencia alejada de los grandes y sonoros escenarios.
Ir y apreciar teatro hecho por jóvenes, quizás desconocidos, quizás sin más pretenciones, desde una vision, digamos que simple, sin que por ello pierdan el rigor y los elementos que intervienen o deben intervenir en un montaje, es una oportunidad para ampliar la vision crítica de las tantas formas de contemplar el arte.
La obra. Tres hermanas viven, o major dicho, mal viven en una casa que han convertido en su cárcel, no sólo como espacio físico, sino, más bien, como celda emocional común, en la que ven pasar sus días rumiando sentimientos como la culpa, el miedo o el dolor.
Las tres hermanas vivieron un episodio que les removió el piso. Un accidente que las sumió en una suerte de limbo, de túnel emocional cuyas consecuencias se han visto reflejadas en la forma en la que cada una lo ha asumido.
Entre lágrimas, drama y la intervención surrealista de la música, la trama de “Laberinto de hermanas” también relata un mundo gris y decadente en el que tres almas buscan la forma de liberarse del nudo que las ata a esas cuatro paredes.
Es interesante el hecho de dejarse arropar por lo heterogéneo. Abrirnos a la posibilidad de apreciar las diversas formas en las que las historias pueden ser contadas. Recibir, sin prejuicios, la entrega de un grupo de artistas que busca abrirse paso en el convulso y exigente mundo de las bellas artes, fuera de los circuitos tradicionales en los que nos hemos acostumbrado a ver grandes montajes o propuestas vanguardistas que logran impacto más o menos considerable.
