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Rosa NG es una mujer visionaria, cuyas multitareas abarcan el desarrollo del Barrio Chino, que es un espacio en el que dominicanos y chinos interactúan de manera cercana, que actualmente cuenta con la plataforma digital Barrio Chino SDQ, un medio didáctico e informativo para dar a conocer la marca, en lenguas como el mandarín, español e inglés.

No es lo único. La fundadora del Barrio Chino cree que ese dinamismo entre ambas culturas puede ser aún más fuerte y que hay muchas oportunidades que aprovechar y que son visualizadas por ella. Es la razón por la que se está desarrollando un programa de actividades a propósito de la celebración del Festival de la Luna de Medio Otoño en el Barrio Chino, que se llevará a cabo a partir del próximo domingo 17 de septiembre hasta el primero octubre, cuando también se conmemorará el Día de China.  

“Anteriormente hacíamos las fiestas la Luna de Medio Otoño durante un solo un día, esta vez estamos haciendo algo diferente, con el deseo de que se reactive el comercio y le demos vida nocturna al lugar, al Barrio Chino. Y que un poco la gente que va a la Zona Colonial también venga por aquí a disfrutar de la oferta gastronómica asiática”, nos dijo NG durante una entrevista realizada en el espacio donde se congregan diversas nacionalidades que exaltan las tradiciones del Oriente.

Rosa Ng, fundadora del Barrio Chino. 

Explicó que, desde ya, han logrado institucionalizar el mercadito, el cual funciona desde las 7:00 de la mañana hasta las 7:00 de la noche.  “Y a agregar los sábados, a partir del próximo, desde las 6:00 de la tarde hasta las 10:00 de la noche, con una oferta variada que incluye la gastronomía china, coreana, japonesa, indonesa, himalaya y demás que se unen aquí”.

“Son actividades que la gente pueda disfrutar. Sin tener que hacer grandes gastos. Yo soy muy feliz que el pueblo dominicano ha dicho presente aquí. Cada domingo esto se llena de pueblo. El que quiera venir a darse un baño de pueblo pueden venir, porque indiscutiblemente que se van a dar un baño de pueblo”, dijo que evidente entusiasmo la empresaria dominico-china.

Pero no es solo comida, en el llamativo lugar también se desarrollarán actividades culturales, entre las que destaca la participación de los estudiantes de Instituto Cultural Dominico Chino que, junto a sus profesores, confeccionarán y enseñarán cómo hacer una linterna. Habrá demostración de masaje chino a cargo del maestro argentino Johnny Jara, quien enseñará a hacer Tai Chi.

Asimismo, otro atractivo prometedor será la música de diversos artistas, entre ellos Frank Ceara y otros grandes amigos de la comunidad China que se darán cita a la celebración del Día Nacional de la República Popular China, que contará con las autoridades de la Embajada China y con las autoridades de la Alcaldía del Distrito.

Bondades del Tai Chi

Durante el recorrido por el Mercadito del Barrio Chino, doña Rosa nos presentó al maestro Johnny Jara, quien se encargará de hacer la demostración y enseñanza de este masaje chino. Aprovechamos para preguntarle sobre las bondades y este y nos comentó que tiene muchísimos.

Johnny Jara 

“Mi maestro una vez lo definió como meditación en movimiento. Es conectarse con el mismo cuerpo para que él pueda generar una energía y así mismo ir sanándose de las cosas que pueda llegar a tener”, explicó.

Indicó que consiste en una secuencia de movimientos conscientes con diferentes posturas para poder realizar un trabajo energético.

Algo de leyenda sobre la festividad


La Luna de Medio Otoño celebra la agricultura y coincide con la luna llena.
La Luna de Medio Otoño celebra la cosecha y la agricultura, guarda una leyenda rodeada por el amor, que nos narró Rosa Ng y que aquí la compartimos: “Había una princesa llamada Chang’e, quien era muy feliz con su esposo el arquero Yi. Él, en busca de garantizar que esa felicidad de mantuviera por siempre, fue donde la suprema diosa del cielo, quien le regaló el elíxir de la vida eterna, advirtiéndole que solo debían consumir una porción; pero la princesa consumió todo el frasco, lo cual hizo que se fuera a vivir a la luna, convirtiéndose en la diosa de ella y solo podía bajar a la Tierra, con un permiso durante estas fechas cuando la luna estuviera llena, con el fin de visitar a su esposo que lloraba por ella.